¿Cuál es el color de este día maniatado
donde la herida insta a sus registros
sumarios, cuál el disfraz?
Y si el lenguaje no es el antídoto,
¿qué brizna, qué vínculo sereno, qué puede augurar
la donación impecable?
De unos conflictos voy a otros. No hay refugio perpetuo,
es el precio de la urdimbre. Todo lo más:
modular la exquisita caída.
Ilustración: Alvin Lustig
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