¿Qué lances silbarán

al sumergirse

en las orillas de la memoria?

 

¿Por qué ofuscarlas

con la cimentación

de lo inmediato, con la media

voz, siempre

traducida?

 

Mientras se desprenden

los ramilletes

que te cubren, mientras

la intención del jazmín

que exhalas,

y la gramática mesetaria

y el nado

a contracorriente,

o el delirio

en su equipaje

y tu viático a fondo

perdido...

habrá noción

del tiempo y la presencia.

 

Fotografía: Andrew O'Hara

 

 

5 comentarios

[Misstakes - 12 de junio de 2012 - 16:44]

un placer pasar por aquí, agradezco los climas que favoreces, las subidas y bajadas de la temperatura de tus textos, la ensoñación a la cual me inducen los poemas, un viaje que no me deja indiferente... mil gracias o más ateopoeta!

[ateopoeta - 12 de junio de 2012 - 13:52]

más que retratos: afluentes, mutilaciones, delirios...

lejos la vana pretensión de inmortalidad, del lenguaje transparente...

las imágenes suelen venir después de los versos, los proyectan, sí, pero también les añaden otra conjugación, otras líneas de fuga, ilusión de lo tangible, cromatismos, deseos...

en fin, espero que a parte de las disquisiciones metodológicas, hayas disfrutado con la lectura, y gracias por acercarte al blog, Miss-takes!

[Miss-takes - 12 de junio de 2012 - 12:27]

entonces, el poema como un retrato del poeta? y las fotos, una proyección de los versos?

[ateopoeta - 11 de junio de 2012 - 23:53]

¿Y si en el cuerpo vemos los versos y el alma es sólo un espejismo necesario?

[Miss-takes - 11 de junio de 2012 - 13:29]

¿Si en las fotos vemos el cuerpo, en los versos vemos el alma?