Blogia
ateo poeta

 

La vida en el squat tiene sus

sinsabores y también sus destellos

y fosforescencias.

Para ducharnos con agua caliente

vamos a una universidad próxima

y las ardillas vienen a abastecerse

casi todas las noches.

Hay cañerías que se atascan,

radiadores que caducan

y ventanas por las que silba

el viento una melodía tangible.

"Caos en las calles

y orden en la cocina" anuncia

un cartel más desiderativo

que transparente.

Entre la abundancia de comida

reciclada han llegado flores

y manteles orientales.

Incluso hay un libro en inglés

-en "pruebas no corregidas"-

del bardo inmortal

Mahmud Darwish.

Y lo leo mientras despierta

el silencio y me reflejo

en su exilio y mecido por esta

anomalía, repito su

pregunta: ¿será que la muerte

se ha olvidado de nosotros?

 

0 comentarios