Hay nociones
que casi siempre
te defraudan.
Los ideales,
la esperanza,
el futuro,
el amor, por ejemplo.
A menudo
el deseo,
el presente
o un cierto sentido
práctico, por ejemplo,
no aspiran más
que al título
de palabras.
No por ello
te salvan
del naufragio
ni conceden más
consuelo.
Fotografía: Nan Goldin
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