Si no hay idioma,
hay lejanía.
Un cerco, solo piel
y respiración.
Nado entre muchas
distancias. Se oyen pasos.
Me pregunto si mis
íntimas nociones irán
evaporándose gota a gota.
Si una pérdida conlleva
un premio que adivinar.
Y cuántas anomalías
sucediendo antes, pronto,
indiferentes a que culmine.
¿Cómo orientarse
en un mundo
que se disipa?
¿No bracean igual
quienes creían en lo sólido
y el arraigo?
Tarde o temprano,
las certidumbres
pierden su perfil.
Esos arbitrarios
nombres propios.
Mientras tú converses
conmigo.
0 comentarios