Corazones afilados, qué herida lejana
o con qué otro armamento
fueron abatidos.
Arenas en mis pies cansados
de la propaganda.
Interrumpo la rutina cruda del dolor.
Muere tanta inteligencia en su larva
que hay una misión encabezando
al contendiente.
Rastrojos
en sindicación con un ártico
oasis por ser.
Ansiedad del eclipse si subsiste
la levadura madre.
Tiritan las premisas categóricas
en su muy externo
fuero.
La omisión de la palabra
y cualquier renuncia te devuelve
a la coyuntura.
El cuerpo en trance
de su naufragio radical
no resulta baladí.
Fotografía: Daido Moriyama
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