Los ejercicios amorosos
pueden ser circenses
y acrobáticos,
ágiles y felinos,
depredadores.
En otro orden de cosas
es habitual
que se colmen
en el maquillaje
y en el guiño,
en la sugerencia
entrevista
y en el corte
y la confección.
Por último se hallan
efervescentes
y en su salsa,
en la lectura y la escritura
que se dedican con fruición,
en disparatados
idilios,
los presuntos implicados
a lo largo y ancho
de toda una vida.
De las variadas combinaciones
etílicas
de los anteriores ingredientes
se han beneficiado
numerosos géneros
literarios.
Fotografía: Paolo Fani
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