Arrima la puerta.
Asómate a este interior.
Lo que se esconde,
como en la masa del pan,
es fruto de la lumbre.
No hay rescoldo para el ardid
porque compartimos un temblor igual
en la soledad oscura.
Es suficiente con el extremo
de tus dedos.
Ya sé lo que prefiguran.
Humea la estancia, tomaremos
los baños rendidos a la desnudez.
Fotografía: Elliot Erwitt
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