Ya es hora de ponerse positivo.
De elogiar el cuerpo amado
y sus irregularidades.
De despertar con ganas
de comerme el día
y la carne.
De esbozar una sonrisa
tonta y permanente
mientras achucho
las almohadas.
Están al alcance de la mano
la felicidad y el concepto
de la felicidad y la inmanencia
y las analogías
y los placebos
de la felicidad.
Vaya, en cuanto me descuido
hacen su aparición
los pájaros de mal agüero.
0 comentarios