Blogia
ateo poeta

 

Los aviones

y los aeropuertos

ayudan mucho

a la transcendencia.

 

Te preguntas por qué

tan a menudo eres

un extraño,

un forastero.

 

Por qué miras desde

otro mundo igual

de inestable.

 

Las certezas, el amor,

el idioma

se disuelven

como en el té

los azucarillos.

 

Pero puedes confiar

en mí.

 

Hay una sed

de humanidad

y de armonía

que me avala.

 

Lo que no puedo

dar

es lo que no soy.

 

He visto la sangre

innecesaria

y soy ajeno.

 

Quise huir pero ya sé

que todo

está unido.

 

Ascender a las nubes

precipita la caída.

 

Mis pies siempre

regresan

a lo que ha muerto.

 

Mis labios no son

los de ayer.

 

He visto el ensañamiento

y no comulgo.

 

Piedras vivas, animales

de ciudad.

Un tiempo gastado.

 

Incluso los nómadas

precisan agarrarse

a una afirmación.

 

Tomar tierra, decidir.

 

 

Fotografía: Alvaro Minguito

 

 

 

0 comentarios