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ateo poeta

 

Se acostumbró tanto

a decir

lo que el jurado esperaba

de él,

 

las frases oportunas

para ganarse

el favor del público,

 

a callar

todas las afrentas

delante

de los superiores,

 

que se acabó olvidando

de la utilidad

de su palabra.

 

 

Ilustración: Guillermo Martín Bermejo

 

 

 

 

 

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