Escribo porque
estoy solo
y tengo tiempo
para decir
mis reflexiones
y evitar
que se las lleve
la corriente.
Escribo porque
estoy harto
de muchas cosas
y porque intuyo
que es un buen
antídoto
cada día
la búsqueda
de la belleza
o la ilusión
de tratarla
como amiga
íntima.
Escribo porque
tú existes
y sospecho
que nunca
nos conoceremos
más allá
de los cuatro
tópicos
en que se suele
caer.
Ilustración: poema de Rodrigo Garrido
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