Aprender a andar en sentido contrario.
Quizá es el único modo de mitigar
esta resaca afectiva.
La devastación. Lo árido.
¿Por qué tanta torpeza
con ese lenguaje?
Ilustración: Guillermo Martín Bermejo
Aprender a andar en sentido contrario.
Quizá es el único modo de mitigar
esta resaca afectiva.
La devastación. Lo árido.
¿Por qué tanta torpeza
con ese lenguaje?
Ilustración: Guillermo Martín Bermejo
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