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ateo poeta

 

Uno ya ha visto

mucha tierra quemada,

y cuánta aún por ver.

 

Por eso, al oír el aullido

invitándome a aullar, entro

a regañadientes

en la partida.

 

Lo que ya no me sorprende

es que a mitad del asunto

siempre se modifiquen

las reglas del juego.

 

Poca voluntad.

O resquicios.

 

Quizá solo hay lobos

bajo la tersa piel

de los lobos.

 

Quizá solo somos.

 

Manada. Reflejos

de la luna que nos

averigua.

 

 

Fotografía: Chema Madoz

 

 

 

 

 

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