Mis maestros, mis hermanos
de espíritu, mis amantes
siempre elogiaron
los intersticios.
Y mi mente se aceleraba
cual torbellino
ebrio de tanta verdad.
La pausa, lo impredecible,
lo que sucede mientras y durante,
el hueco que nos da la luz
mínima, la respiración.
Amar el ahora como a un sueño.
Que resurja lo insólito
de lo invernal.
Memoria, fermento, bosque,
hospedaje.
Ilustración: Nicole Eisenman
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