El teatro de máscaras
inevitable.
Cada personaje interpreta
un guión añejo
y el coro ríe las gracias.
La historia
se repite como farsa
o lo peor.
¿Me inmolo cada vez
que señalo
al rey desnudo?
¿Qué agudeza de los sentidos
nos permite
atravesar lo obvio?
Ni siquiera
en los templos del saber
disimulan
la partida amañada.
¿Qué esconden
bajo el felpudo?
Ideologías. Niños muertos.
Escribir me subleva.
Fotografía: Albarrán Cabrera
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