Vértigo. Presientes que las ruinas y la devastación
y sus ráfagas nos pueden zarandear a las primeras
de cambio.
Lo único cierto es ahora, escuchar cómo respiras.
La piel que muda y que nos une es un frágil jardín:
habitar, restaurar, piedras, acuíferos
subterráneos.
Yo también tuve vértigo a los sueños de papel mojado,
alas de cera, una realidad sanguinaria que supera
a cualquier ficción.
Extrañamientos. Recomponer. Un amor
continuo.
Fotografía: Ash Thayer
Vértigo. Presientes que las ruinas y la devastación
y sus ráfagas nos pueden zarandear a las primeras
de cambio.
Lo único cierto es ahora, escuchar cómo respiras.
La piel que muda y que nos une es un frágil jardín:
habitar, restaurar, piedras, acuíferos
subterráneos.
Yo también tuve vértigo a los sueños de papel mojado,
alas de cera, una realidad sanguinaria que supera
a cualquier ficción.
Extrañamientos. Recomponer. Un amor
continuo.
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