cada día le damos el pecho
a nuestro fruto,
siento más cerca tu voz,
me regalas uvas y brisa
y me aprietas a tus costillas,
sellamos los intersticios
en los que nos concitamos,
desciendo hasta la sima de tu vigor
para empaparme y desayunar
y rememorar nuestros ejercicios
de equilibrio ante el azote de las olas,
así es muy fácil estar al lado
y al oído, exaltar lo inefable,
lo fugaz y perpetuo que nos une,
quererse con las yemas de los dedos,
sudar el aceite dorado
que nutre esta gloriosa soberanía
en la casa de nuestros seísmos
florecen las virtudes
y expiramos vientos nuevos
2 comentarios
ateopoeta -
bienvenida de nuevo a este oasis, marinha
Marinha de Allegue -
Unha aperta.
:)