Como si se acabase el mundo
y clavásemos nuestras uñas
en este lado, aquí donde restaba
tanto por conocer, donde la rabia
colosal ante la estupidez humana
se teñía de esas ráfagas de estupor,
de los destellos de la dicha, de los ojos
preñados de unas olas dóciles.
Como si nos despidiésemos para siempre
porque los calendarios se humedecieron,
porque las líneas rectas nunca nos agasajaron
con certeza alguna, porque viramos
el rumbo de nuestra peonza con el silbido
lánguido, porque los presagios,
porque la infancia, porque la luz
se cernían con sus enigmas.
Como animales heridos por el filo
de la trascendencia nuestro amor salvaje
escarbaba el alma, se adhería al infinito
que un cuerpo asible apenas musita,
tan entrelíneas, ultrasónico, ávido,
como el murmullo cauto de las algas
en su reserva frágil e inconsciente.
Porque el solsticio de la vida no sufraga
la equidistancia y el deseo se precipita
con violencia, muerde con sus incisivos
en el corazón y en sus intermediarios,
tala sin concesiones todo lo superfluo,
comba la chata ley, exige su viático
y rezuman sus labios el néctar de la naranja.
Porque tu pubis cósmico y tus baños de jazmines
y el tráfico de tus estrellas y tu prisa
y tu demora y el beso cáustico a carcajadas
y el ósculo cataclísmico y recorrer
el abecedario de tu piel buscando un verso,
una epopeya, una señal, un fruncido.
Porque sólo unas horas después,
ya te echo de menos.
5 comentarios
estación de minifaldas -
manuel marcos -
ateopoeta -
ojalá os haya alegrado también el día a vosotros, Manuel y Polikarpov!
Polikarpov -
Si para alguien fue, debe sentirse orgullosa de generar esta energía vital...
Manuel Marcos -
http://al-juarismi.blogspot.com.es/