Tampoco de la ajada
y disfrazada memoria,
siempre relatada
a medida de nuestros
intereses espurios.
¿Es que solo alimenta
la rutina sin el ápice
ni el condimento
de una desbocada
imaginación?
¿Qué resguardo cabe
para un lenguaje
emancipado de lo
imposible a través
del vuelo?
Fotografía: Umbo
0 comentarios