Querer comprender.
Esa forma de resistencia
a la muerte,
de entusiasmo moderado.
Y preferir
a quienes padecen
la misma obsesión.
Desde ese lugar en vilo
donde no se hace pie.
Querer comprender incluso
la infamia y, más que nada,
la evitable.
Y preferir
a quienes se sobreponen
a la tristeza.
Fotografía: Niebl Mirella
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