No es el beso.
No es sólo el beso.
No es el beso repetido,
hambriento como un náufrago
recién rescatado.
Es la alegría que llega con el beso.
Es la apoteosis,
el relámpago,
la única noticia feliz
que sólo el beso transmite.
Ilustración: Touluse-Lautrec
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