Cuando veo a esos niños de la calle
y de las escombreras,
a esos hombres con rifles
y que violan,
a las máquinas derribando
casas que eran
hogares y refugios,
todos mis principios éticos
se sienten inútiles y pequeños
y solo se preguntan
por qué flanco llegará
el próximo golpe.
Fotografía: Miguel A. Martínez
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