Lo extraordinario es lo crudo,
la rugosidad, la amalgama.
La luz del deseo desprovista
de superfluos oropeles.
La fractura que nos une
en el tránsito herrumbroso.
Hallarte cómplice, en asedio
a todos los ángulos
de la finitud.
Fotografía: Masao Yamamoto
2 comentarios
ateopoeta -
polikarpov -