Los poemas vendrán a mí
y a nadie le cortarán las raíces
de un tajo
en contra de su voluntad.
En un mundo menos edulcorado
quién traducirá
el casi imperceptible florecer.
Los cuerpos añoran
más estrellas horizontales
y la infancia renegada
que ni siquiera
veré
en los patios
de colegio.
Fotografía: Russell Tomlim
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